Concurso Ciudad de la Comunicación. Valladolid.
Con Covadonga Llorente.
2003

Cuando los condicionantes de partida se plantean desde la empresa privada y con el objeto de sistematizar el proceso de producción., se pueden modificar o cambiar las células madre o tipos de vivienda, para adatarlos  a  esquemas de vivienda más convencionales, sin que por ello merme la capacidad adaptativa de un sistema.

En algunos ejemplos la célula de vivienda puede variar, sin que se altere la capacidad adaptativa de los sistemas. Este estudio desarrolla las parcelas 1,2 y 3 del PERI 25-1 ARIZA del PGOU, de la Ciudad de la Comunicación de Valladolid, es la respuesta a una alta  demanda de viviendas en una zona de la ciudad, que surge de la transformación de los antiguos terrenos de RENFE.

Las parcelas se desarrollan en el límite con la Avenida Arco de Ladrillo, uno de los accesos a la capital desde la zona sur y la antigua carretera de Madrid. La importancia de esta ubicación, próxima a los terrenos de RENFE, donde el Ayuntamiento prevé desarrollar una de las actuaciones mas importantes realizadas en Valladolid en las últimas décadas, convierte a esta intervención en punto de referencia del nuevo desarrollo urbano de la ciudad, con el futuro soterramiento y la llegada del tren de alta velocidad. Simplificar el proceso de producción mediante una dinámica de formación de sistemas que  puede variar, adaptarse, sufrir alteraciones o modificarse, sin alterar la solución final. Nuestra propuesta pretende ser un punto de referencia y un hito en el paisaje de acceso a la capital, creando un conjunto residencial con entidad propia.

Sobre una retícula de 5×5 metros se plantea la formación de sectores con forma de U, con los brazos desiguales formados por grupos de 2 viviendas dispuestas en molinillo. El resultado es un conjunto de siete torres conectadas en sus bases por medio de un zócalo destinado a locales, oficinas y servicios comunes. Desde las calles circundantes este zócalo aparece como una base  que une a todo el complejo en un gesto que genera la sensación de conjunto requerida.
Las torres  se generan por la unión de  tres piezas de distintas alturas dispuestas  alrededor de un espacio en forma de U, lo que permite su variación en función de la orientación o las vistas necesarias en cada caso.

Esta disposición permite que las alturas de los sectores de 2 viviendas, a la espera de una solución definitiva de edificabilidad o altura, estén en movimiento continuo.
Este sistema nos permite agotar la edificabilidad en un conjunto flexible que permite ir adaptándose en cada punto a las necesidades requeridas por el programa y por tanto crear un complejo que puede variar sin afectar a la imagen del conjunto. Sobre una cuadrícula 5×5 m. dibujada en el terreno, la edificación se desarrolla como una cinta continua de 10 m. de ancho, a lo largo de las parcelas, que va quebrándose y girando, generando espacios sin edificar, donde se desarrollan los espacios exteriores comunes. Las torres surgen en las esquinas de forma escalonada, en grupos de 12, 10 y 8 alturas formando una U La base que une estas torres tiene una o dos alturas según las necesidades. En las torres se sitúan las viviendas, de 2 y 3 dormitorios principalmente, y en la base oficinas y  negocios. Constan de dos núcleos de escaleras y ascensores situadas de tal forma, que permiten cambiar la situación de las viviendas de una fachada a otra para  buscar siempre la mejor orientación y vistas.

La esencia de esta solución es el deseo de crear un espacio común que pueda ser compartido por todos los residentes del nuevo complejo. Las torres, aunque diferentes, se ven como miembros de una misma familia. Cada una de ellas puede variar su forma y posición, en incluso los materiales de acabado.
Este sistema imprime al conjunto una gran flexibilidad y adaptabilidad a situaciones diferentes, y la posibilidad de ir ajustándose sin necesidad de cambiar la imagen